Hammond Clock era una compañía americana que fabricaba relojes y curiosos utensilios mecánicos, como es el caso de un barajador automático de cartas. La compañía era propiedad de Laurens Hammond (1895-1973) un ingeniero con gran capacidad inventiva que a la hora de retirarse llegó a contar con 110 patentes eléctricas en su haber. En 1933, sin tener conocimientos ni especial interés en la música, ideó un tipo de órgano eléctrico muy similar al de tubos que tradicionalmente se usaba en iglesias, teatros y cines antes de que llegara el sonido. Éste, a diferencia del de tubos, era de más fácil instalación y mantenimiento. A pesar de algunos problemas, sobretodo debido a la crisis económica que EE.UU. atravesaba en ése momento, su comercialización supuso un gran éxito.
Pero para Laurens Hammond no todo eran facilidades. A finales de los 30, Don Leslie, un trabajador de la empresa inventa un nuevo tipo de altavoz para el Hammond, éste logra el sonido ondulante que haría tan famoso a este instrumento. Leslie, aficionado a la música, considera algo insulso el sonido fijo que hasta ese momento conseguía el órgano. Aunque Hammond pronto introduciría mejoras en eses sentido, Leslie se encargó de comercializar con gran éxito sus Leslie Speakers, como se llamarían sus altavoces, siempre contando con la hostilidad de Hammond, que lo lleva incluso a los tribunales. Pese a los intentos de Hammond por silenciar el invento, los Leslie Speakers serían utilizados por gran cantidad de músicos durante décadas antes de que llegara la electrónica. Finalmente Leslie y hammond llegarían a colaborar conjuntamente.
los órganos Hammond nunca fueron publicitados pensando en los músicos profesionales que por esa época empezaban a eclosionar en locales nocturnos y garitos de diferente índole donde se ofrecía jazz, blues, o rhythm’n’blues. Sin embargo este instrumento fue rápidamente adoptado a través de los años 40 por algunos músicos de jazz como Bill Davis, Milt Buckner o Bill Dogget, para después desembocar en un uso cada vez más maduro y personal, como es el caso de la destacada labor de Jimmy Smith, quizás el organista de jazz más famoso entre los clásicos y que sería de gran influencia en otros que llegarían después. Muchos de estos músicos, al incorporar al Hammond, aportaban a sus temas un aire más rhythm’n’blus, siendo de alguna manera como un puente entre esos diferentes sonidos y que precipitaría el uso masivo del Hammond en el soul y la música negra en general. Así, a finales de los 50 y principios de los sesenta, era impensable una banda de soul sin su correspondiente Hammond aportando fuerza y dinamismo.
En el caso del blues clásico no hubo tanta aceptación por parte de los músicos y cuando si lo había no solía pasar de un mero complemento rítmico. Tendrían que pasar unos años más para ver como el instrumento ganaba presencia en este estilo, sobretodo por las grandes bandas de blues rock de finales de los 60.
En cuanto a Rock se refiere, el Hammond se empezó a usar en Gran Bretaña, a diferencia de los USA, absorbían las influencias por igual, sobretodo el blues y el rhythm’n’blues. Así pues, si bien en Estados Unidos los músicos de blues no usaban el órgano Hammond de una forma destacable, en Inglaterra muchos jóvenes no dudan en combinar todo cuanto desean, mezclando sin demasiados reparos el blues, el soul y el jazz usando para ello sin dudar el Hammond.
En Estados Unidos la escena rockera de mediados de los 60 se haya muy influida por lo que llega desde Inglaterra, en lo que se vino a denominar la British Invasion. Esto dio lugar a una amplia gama de grupos blancos fuertemente marcados por el blues, el rhythm’n’blues y el soul al estilo inglés. Es decir, muchos jóvenes americanos se reencontraron con la tradición musical de su propio país, pero de una forma indirecta. Así, una gran cantidad de grupos, unos más conocidos u otros de la incipiente y cada vez más extensa escena underground, optan por utilizar el Hammond emulando a grupos como The Animals. En el caso de los grupos garageros más modestos, se optaba por el Farfisa y el Vox continental, órganos mucho más baratos y sencillos, con un sonido chirriante tan característico.
En 1966 el rock llamado ácido ya está en plena expansión y los grupos no dudan en usar todo tipo de instrumentos, destacando entre ellos el órgano. Grupos como H.P. Lovecraft, Country Joe and the Fish y Grateful Dead echan mano del Hammond para dar profundidad a sus composiciones, incorporando los teclados sin prejuicio purista alguno a estructuras tradicionales, combinando el Hammond B-3 con el Leslie Speaker y su efecto oscilador, saturándolo de todas la maneras posible, con lo cual se enriquece enormemente las posibilidades de este instrumento. Las estructuras originales del blues se reinventan una y otra vez, se endurecen y electrifican al máximo.
Todos estos estilos se expanden rápidamente al resto del globo en una transformación musical que es paralela a la política, social y cultural y que en ése mismo momento se están dando con gran intensidad. Empieza a surgir cada vez más un estilo que es amalgama de todo lo que se ha investigado hasta ahora: blues rock, hard, psicodelia, jazz, etc, a esta mezcolanza se la denominará en adelante rock progresivo. En un principio, en el periodo 1968-1970, no hay unas reglas fijas en cuanto que es esto del progresivo. De hecho podemos clasificar así a casi todas las formaciones de ése momento, ya hicieron psicodelia, blues, hard rock o lo que fuera. Reina una libertad absoluta en cuanto a instrumentos y estructuras musicales que hace de esta época algo único. El Hammond se usa con proliferación, especialmente por las bandas de rock más potente, quizás porque el instrumento aumenta la intensidad de la guitarra sensiblemente. Así, una gran cantidad de grupos de hard rock que van surgiendo desde 1968, con un estilo que en principio era una simple radicalización de las bases del blues, usan el órgano de una forma muy destacable. Teclistas como John Lord y Vicent Crane, de Deep Purple y Atomic Rooster respectivamente, demuestran que el instrumento tiene muchas posibilidades como instrumento solista, dando lugar a unos diálogos entre guitarra y Hammond que pronto crearían escuela. Muchos grupos, de muy diferentes tendencias, como The Doors, Uriah Heep, Colosseum, Caravan, Gandalf, Birth Control, Joseph, Steppenwolf, Blues Oyster cult, Iron Butterfly, SRC, Fever Tree, Santana, Amboy Dukes, etc.
Con el tiempo y aunque resulte irónico, pero podemos decir que el órgano, que tan buenos resultados había dado, induce con el tiempo al uso de otros instrumentos menos beneficiosos y provoca una actitud contraria a la bases de un rock enérgico y fuerte, puede que más descuidado, pero auténtico. Por supuesto que no estamos hablando aquí que experimentar esté contra las basse del rock. En realidad, la mayoría de los grupos denominados sinfónicos se dedicaban a jugar con nuevas técnicas, meros efectos sintéticos, que poco tiene que ver con el contacto entre el músico y su instrumento. En 1967 experimentar constaba en poner cintas al revés, alterar los pedales de la guitarra o aplicarlos a la salida del órgano, experimentos que no se interponían entre la creatividad, el sentimiento y la fuerza que transmite el rock.
1 comentarios:
Muy educativo e interesante.
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