vINOS aC/dC

lunes, 29 de agosto de 2011


Unos nuevos famosos se apuntan a tener su propio vino. En este caso es el afamado grupo AC/DC que ha vendido millones de álbumes y que han sacado una linea de vinos junto con un grupo australiano.

Los vinos tienen el nombre de algunos de sus mayores éxitos, Back in Black Shiraz, Highway to Hell Cabernet Sauvignon y You Shook Me All Night Long Moscato. Las notas de cata las desconocemos, el tipo de uva también. Parece que lo importante es la novedad, más que otra cosa.

Si sus vinos salen con el mismo nivel de su música, seguro que son un éxito. ¿O no? Tal vez sea un nuevo fracaso de unos famosos de meterse en terrenos del vino. O tal vez consigan que sus seguidores se vuelvan bebedores de vino. En principio, seguro que son pieza de coleccionista.

fEELING gOOD

jueves, 25 de agosto de 2011

"Feeling Good" es una canción escrita por los ingleses Anthony Newley y Leslie Bricusse para el musical de 1965 The Road of the Greasepaint - the Smell of the Crowd. Ha sido interpretada por varios artistas, incluyendo Nina Simone, Sammy David Jr., Muse, Eels, Michael Bublé, Joe Bonamassa, George Michael, The Pussycat Dolls y Adan Lambert.

Aquí os dejo las versiones que más me gustan:



dERECHOS dE tERMINACIÓN- lA lUCHA pOR lA pROPIEDAD dE lOS dISCOS cLÁSICOS

miércoles, 24 de agosto de 2011


Un reportaje de The New York Times, publicado este lunes, ha revelado el nuevo frente abierto en el corazón de la industria discográfica. La ley del copyright que rige en Estados Unidos desde el 1 de enero de 1978 incluye una cláusula que muchos menospreciaron. Otorga a los artistas los llamados "derechos de terminación": tras 35 años de explotación por las disqueras, los creadores pueden reclamar la propiedad de sus grabaciones.

Las discográficas solo pueden ser dueñas de las grabaciones 35 años

Tom Waits, Bob Dylan o Tom Petty ya han presentado sus demandas

El procedimiento establece que la petición del autor se presente dos años antes de la fecha de finalización del control de las discográficas o en los cinco años siguientes. Eso explica que, en 2013, algunos artistas previsores esperan recuperar obras lanzadas en 1978, incluyendo los derechos editoriales, más rentables ahora mismo que la venta física o digital. La cosecha del 78 incluye Darkness on the edge of town (Bruce Springsteen), Excitable boy (Warren Zevon), C'est Chic (Chic), Stardust (Willie Nelson) o los primeros discos de Van Halen, Prince y Devo, sin olvidar las bandas sonoras de Grease y El último vals.

Está por ver si la cláusula abarca a músicos foráneos: en 1978, en EE UU triunfaban AC/DC (Powerage), Bob Marley (Kaya) o The Police (Outlandos d'amour). No se aplicaría, desde luego, a Paul McCartney o los Rolling Stones, que ya son poseedores de sus masters. Sabemos que en la Oficina de Copyright de Estados Unidos se han presentado demandas de Dylan, Kristofferson, Tom Waits, Bryan Adams o Tom Petty. Pesos pesados como Springsteen y Billy Joel pueden estar negociando fuera de los focos: ambos están casados con la misma discográfica -Sony, en su actual denominación- y no querrían un divorcio a cara de perro.

La postura de las compañías, agrupadas en la RIAA (iniciales en inglés de la Asociación Americana de la Industria Discográfica), es radical. Y se comprende: los discos clásicos son una mina de oro dado que se siguen vendiendo sin esfuerzo, aparte de los ingresos por su uso en cine, televisión o publicidad. Universal ha ganado un pleito promovido por los herederos de Bob Marley, que buscaban hacerse con los elepés que Island editó antes de 1978. Por tanto, ni una concesión: se consideran dueños de los discos ya que -aseguran- los artistas eran empleados contratados.

Se trata de un argumento cojo: los artistas no disfrutaban de nada parecido a un contrato laboral. Al contrario: pagaban, con sus futuras regalías, el coste de elaboración de sus creaciones. En realidad, las discográficas funcionaban -y funcionan- como un banquero tolerante pero implacable. Los artistas pedían (piden) dinero para grabar, girar, vestirse o mejorar su nivel de vida. Incluso con un éxito mundial, un grupo puede pasar meses en una relativa pobreza mientras sus millones transitan -lentamente- por las complejas cañerías del business. Eso viene bien a las discográficas: les da poder incluso sobre sus niños más díscolos (recuerden la dependencia de The Clash respecto a CBS). Los adelantos se pagan con royalties, pero eso no significa que, una vez liquidados, recuperen sus obras. Simplificando: aunque pagues la hipoteca, al final el piso sigue siendo del banco. La misma entidad que, además, determina cuánto debes.

Llegados a este punto, los disqueros ya no sonríen. Se niegan a reconocer el pecado original de la industria musical. Las convenciones universales que rigen el copyright parten de un congreso realizado en Roma en 1933. La Federación Internacional de la Industria Fonográfica se fundó en la Italia fascista por motivos inconfesables: como explica Donald Sassoon en su monumental Cultura. El patrimonio común de los europeos (Crítica, 2006), el Estado corporativista de Mussolini prefería potenciar las empresas culturales, finalmente más manejables que los artistas, tan caprichosos y rebeldes. Desde entonces, las reglas del juego favorecen nítidamente a discográficas y editoriales. Situación que puede empezar a cambiar si cunde el ejemplo de los "derechos de terminación".

DIEGO A. MANRIQUE PARA EL PAÍS

lO qUE eSCUCHA kIM tHAYIL

lunes, 22 de agosto de 2011

En una entrevista a Seattle Weekly, Kim Thayil, guitarra principal de Soundgarden, entre otras cosas comenta las bandas que escucha últimamente. El miembro con gustos mas oscuros de la banda de Seattle menciona entre otras:






pEARL jAM tWENTY

domingo, 21 de agosto de 2011




Para celebrar su 20 aniversario, Pearl Jam estrenará el 10 de septiembre de 2011 la película 'Pearl Jam Twenty' en el Toronto International Film Festival. Es el retrato definitivo de la banda realizado por Cameron Crowe, director galardonado con un Oscar y periodista musical, un filme documental realizado a partir de más de 1.200 horas de película con imágenes inéditas, más de 24 horas de entrevistas y grabaciones en directo realizadas en varios conciertos.

'Pearl Jam Twenty' se estrenará en cines de todo el mundo el próximo 20 de septiembre en un pase único, para proyectarse normalmente a partir del 23 de septiembre. Tras este estreno en cines, 'Pearl Jam Twenty' se emitirá por primera vez en la televisión estadounidense el 21 de octubre y el DVD con la película se publicará en todo el mundo el 25 de octubre. El CD con la banda sonora del filme se lanzará el 20 de septiembre.

Al mismo tiempo, el 13 de septiembre se publicará el libro 'Pearl Jam Twenty' por las editoriales Simon & Schuster en Estados Unidos y Atlantic Books en Europa. Es una crónica de la historia de la banda en las dos décadas pasadas escrita por el veterano músico y periodista Jonathan Cohen y por Mark Wilkerson, con una introducción de Cameron Crowe, entrevistas con los miembros de la banda y con Bruce Springsteen, Neil Young y Dave Grohl.

La película Pearl Jam Twenty recorre la vida de la banda desde los años de su formación hasta el éxito, con los periodos de caos, el paso por el lado oscuro, la consolidación de la amistad y el sistema de trabajo. Es un filme sobre la libertad creativa que ha permitido a Pearl Jam conservar sus seguidores y mantener su amor a la música.

"He querido reflejar lo mejor del pasado y del presente de Pearl Jam y ofrecer al público un documento de amor a la música, protagonizado por un grupo que se ha ganado a pulso su presencia en la historia del rock" dice Cameron Crowe, que fue el colaborador más joven de la revista Rolling Stone en toda su historia. "Sólo podía hacerlo con Pearl Jam y estoy muy satisfecho de haber tenido la oportunidad de realizarlo". Cameron Crowe ha dirigido películas como 'Elizabethtown', 'Vanilla Sky', 'Casi famosos', 'Jerry Maguire' o 'Solteros'.

Cameron Crowe conocía muy bien a Pearl Jam cuando comenzó su carrera, pertenecía a su círculo y ha mantenido la amistad a lo largo de los años como periodista de Rolling Stone en Seattle. Veinte años después de la formación de la banda, Eddie, Jeff, Stone y Mike autorizaron a Crowe para contar su historia. Nadie mejor que él.

Paralelamente al estreno del filme, Pearl Jam dará dos conciertos los días 3 y 4 de septiembre (Día del Trabajo) en el Alpine Valley Music Theatre de East Troy (Wisconsin, Estados Unidos). En estos conciertos, la banda de Seattle tendrá como invitados a The Strokes, Queens of the Stone Age, Mudhoney, John Doe, Joseph Arthur, Glen Hansard y Liam Finn, entre otros artistas. Después, entre el 7 y el 25 de septiembre, Pearl Jam hará una gira de diez conciertos en Canadá (Montreal, Toronto, Ottawa, Hamilton, Winnipeg, Saskatoon, Calgary, Edmonton, Vancouver), destinando dos dólares de cada entrada a la entidad benéfica Vitalogy Foundation.

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viernes, 19 de agosto de 2011



Temazo de la banda californiana de su álbun más reconocido cuyo nombre es el mismo al de este tema. Punk, rock clásico, hardcore, metal, psicodelia, power pop, hard rock y rock alternativo se mezclan en éste disco, siendo difícil catalogarlo, aunque debido a sus raices Stoner en sus anteriores bandas, es la etiqueta que se suele usar.

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jueves, 18 de agosto de 2011


Para la historia musical, 1991 ha quedado como "el año que el punk-rock rompió". Así se llamó el documental que recogió una gira veraniega de Sonic Youth por Europa en la que Nirvana iba de grupo telonero. El título era una broma a cuenta de Mötley Crüe, consentidos rockeros californianos que habían comenzado a tocar Anarchy in the UK, el estridente himno de los Sex Pistols. Pero el chiste resultó premonitorio. En septiembre, se publicaba en Estados Unidos el segundo álbum de Nirvana, Nevermind; el impacto del rotundo Smells like Teen Spirit barrió del mapa a Mötley Crüe y demás bandas de peluquería. Más simbólico resultó que Nevermind arrebatara el número uno a Dangerous, de Michael Jackson. De golpe, la ética y la estética del punk se implantaban en una amplia franja de jóvenes. Hasta hoy se han despachado en todo el mundo 25 millones de copias de Nevermind. Universal, su discográfica, prepara varias ediciones conmemorativas para celebrar el aniversario.

Cierto que los medios hablaban de grunge. Es decir, "suciedad, basura, chatarra". Un nombre mordaz para bautizar al punk-metal que venía del Estado de Washington, especialmente el procedente de Seattle, donde tenía su sede el modesto sello Sub Pop. Allí editó Nirvana su primer álbum, Bleach (1989). Esos detalles discográficos no son triviales. En 1991, recién fichados por la poderosa Geffen, Cobain se presentaba así en directo: "Hola, somos unos vendidos al rock corporativo de compañías grandes". Había ironía pero también defensa preventiva ante unas acusaciones que sabía inminentes.

Aquí está uno de los nudos del drama íntimo de Cobain. Ansiaba ser una rock star y, de hecho, se habituó a los privilegios inherentes a esa posición. Perfectamente comprensible para alguien que procedía de la clase media-baja y que conoció la experiencia del homeless, durmió en coches o en la sala de espera de un hospital. Al mismo tiempo, se formó con la ley del punk-rock. Específicamente, el punk de Olympia, ciudad universitaria del noroeste donde prendió el movimiento de las riot grrrls, feministas con guitarras eléctricas.

En Olympia imperaba Calvin Johnson, músico, empresario e ideólogo que impartía un punkismo radical: sus seguidores eran denominados "calvinistas". Cobain fue uno de ellos: hasta se tatuó el logo de K Records, la discográfica de Calvin. Todo muy freudiano: Cobain salía con Tobi Vail, anteriormente novia de Calvin. Otra riot grrrl se burlaba de la pareja, escribiendo en una pared que "Kurt huele a Teen Spirit", en referencia al desodorante que usaba Tobi. Ignorante de que Espíritu Juvenil era una marca comercial, Cobain lo apuntó en una de sus libretas, donde vertía sus intimidades y sus planes musicales.

Asombra lo ingenuos que eran Cobain y sus compañeros. Recorrían un circuito orgullosamente pobre, donde los grupos giraban en furgonetas descacharradas y dormían en casas particulares. Ya enlatado Nevermind, cuando despertaron el interés de las compañías fuertes, les invitaban a Los Ángeles. El cazatalentos de MCA acudió a recogerlos a su habitación del Sheraton y les descubrió desconcertados. Habían sacado las botellitas del minibar pero no sabían si podían bebérselas: nunca se habían alojado en un hotel que ofreciera ese servicio.

Sus conflictos con la gran industria derivan de un sentimiento de culpa, por traicionar las reglas del punk tal como se entendía en los islotes alternativos. De ahí las broncas rituales con MTV, a pesar de que Cobain asumía que la cadena musical era esencial para difundir su música.

El dilema creativo de Nirvana: compatibilizar sus modos punkis con un corazón melódico. De joven, Cobain había asimilado la discografía de The Beatles y eso resultaba... frustrante: "Ellos hicieron todo lo que se puede hacer con el pop". Junto a las "canciones bonitas" -Come as you are, Pennyroyal Tea, About a girl- surgían explosiones como Moist vagina, una oda a la marihuana publicada en disco bajo sus iniciales, M. V. Kurt aceptaba la miserable censura de las cadenas de grandes almacenes.

Encontrar un hueco musical propio era tan importante como construir un hogar a su medida: sus padres se separaron cuando él tenía nueve años. Desde entonces, Kurt había vivido en docenas de casas, rebotando como una bola en la máquina del millón. Fue brevemente cristiano renacido, pensó unirse al US Army, tuvo empleos humillantes, solicitó los cupones de comida estatales.

En su privilegiada cabeza, todo pasaba por el filtro de la autenticidad. Siempre admiró al legendario Leadbelly, del que interpretó varios temas. En 1993, supo que se vendía una de sus guitarras. El precio estaba a su alcance: 50.000 dólares (unos 35.000 euros). Pero fue incapaz de decidir si comprarla era un acto punk (bien) o un capricho de millonario (mal).

La obsesión por analizar sus motivaciones tenía límites. Odiaba ejercer de cabecilla (aunque exigió que se reconociera su preeminencia a la hora de repartir los derechos de autor) y permitía que se pudrieran las relaciones internas. Con la irrupción de Courtney Love en su vida, que potenció su autoestima, se distanció de sus cómplices de Nevermind. El bajista, Krist Novoselic, era un animal político: de origen croata, estaba horrorizado por las guerras tribales que brotaban en Yugoslavia. El baterista, Dave Grohl, era un animal social, como demostraría en su carrera posterior, sobre todo al frente de Foo Fighters. Novoselic fue de los pocos que intentaron frenar a Kurt en su descenso al abismo. Conocía su monumental consumo de drogas, sus dolores estomacales, su intento de suicidio en Roma y los abundantes antecedentes de autodestrucción entre los Cobain. Un día de marzo de 1994, le agarró del pescuezo y le llevó al aeropuerto de Seattle: en Los Ángeles le esperaba un centro de rehabilitación. Pero Kurt se rebeló en la terminal: el renacuajo rubio atizó un puñetazo al altísimo bajista y desapareció entre insultos. Diez días después encontraron su cadáver. Se había inyectado una megadosis de heroína pero, para asegurarse, también se reventó la cabeza con un rifle.

De alguna manera, Kurt ha quedado reducido a un ejemplo moral. Fue el rompehielos que permitió un cambio de paradigma en la cultura, con la ascensión de lo alternativo a mainstream. Pero también nos habla de la ansiedad, la alienación, la infelicidad que laten bajo nuestro estilo de vida. Paradójicamente, su música parece intocable: generalmente, solo gente de jazz y estilistas tipo Caetano Veloso se atreven con ella. Resulta significativo que el homenaje a los 20 años de Nevermind haya sido promovido por una revista, Spin, que literalmente ha empujado a grupos y solistas a recrear sus canciones. Es un disco de descarga gratuita: no quieren hacer negocio con Cobain. Todavía duele demasiado.

Fuente: El Pais